lunes, 25 de marzo de 2013

Ya somos amigos

Tras un tiempo en el que una se siente extraña en un sitio nuevo, por fin puedo decir que mi nuevo taller y yo ya somos amigos. Y por lo tanto, he decidido darle identidad.

Por eso, le he estado haciendo este mural.

Han sido bastantes días de trabajo y de espera (por lo del secado).



El lugar elegido para su ubicación es esta fea fachada que tengo al lado de la puerta...
El asunto a tenido cierta polémica interna: unos piensan que ahí está muy bien y otros que está demasiado bajo y que se va a estropear. El tiempo dirá quién tenía razón.

 


Como no tengo laminadora (todavía, porque confío ciegamente en el conjunto de mentes y manos que me rodean), pues me ha tocado hacer las placas a mano, de dos en dos.

Pongo, a continuación, un resumen del proceso, por si a alguien le puede servir de ayuda:


Corte de las placas con la plantilla.




"Matando" los vivos.


Vaciado por detrás.
Secado de placas, con el sistema de "la tortilla", o sea, vuelta y vuelta.
Comenzando con las letras.

Rayando la superficie para poner barro.


Dando vinagre para una buena adherencia.
Añadiendo barro, con paciencia.
Y así, una a una, todas las letras.
Cortando las uniones...




Rematando.



 Y está es la vista del conjunto:


No se pierdan nuestra próxima entrega de "cómo terminar el mural (sin que él termine contigo)".