lunes, 17 de noviembre de 2014

El truco del almendruco


A veces (más de las que deseáramos), las cosas no llegan a buen puerto en esto de la cerámica. En esas ocasiones, en las que abres el horno y... ves la catástrofe, se te cae el alma a los pies.
Sin embargo, a veces, estas pequeñas desdichas tienen arreglo.


Esta entrada va dedicada al PAPER-CLAY. Para los que no sabéis qué es esto, la cosa es sencilla. Se mezcla barro (del tipo que se quiera: desde barro rojo hasta porcelana) con pulpa de papel. Yo, personalmente lo hago con embalajes. Se corta el papel en trozos pequeños y se pone a remojo en abundante agua. Se deja un día o dos y después se le quita el exceso de agua. Esta pulpa se mezcla con barbotina del barro elegido, en mi caso en una proporción de 3 (papel) a 5 (barro) en volumen. 
Mis experiencias con el paper-clay o papel-barro han ido mejorando con el tiempo. Esta mezcla se puede utilizar para hacer piezas ligeras (ya que la pulpa se quema en el horno), piezas más finas y resistentes de lo normal para un determinado barro o para pegar piezas rotas en crudo o incluso en bizcocho.






Y por fin llegamos a lo que yo iba: pegar una pieza que ha salido rota de la cocción de bizcocho.

Esto es lo que me encontré al abrir el horno...










Como "de perdidos al río", decidí intentar arreglar este canecillo. Está hecho con barro refractario, así que me hice la famosa mezcla.


Primero uní las partes que tenía con paper-clay y vinagre.




Esto lo hice con la mezcla más ligera.



 Después, rellené el hueco con más masa (pero ya con mayor consistencia).


Lo del palito es para no tapar el agujero de la pieza y dejar salida al aire interior.





Aquí se ve cómo quedó por debajo la pieza una vez hecho el arreglo.





 Y aquí por arriba.



Una vez que empezó a secar tuve que tapar con paper-clay alguna grietita que salió...



...pero, ¡victoria! salió del horno de alta vivito y coleando.

Aquí lo podéis ver con un acabado de óxido.






Y, para los escépticos, la parte de abajo...
¡tachán!

lunes, 27 de octubre de 2014

Pitas, pitas, palomitas de ¡rakú!




















He hecho una serie de palomitas de rakú desnudo.

















Por supuesto, y como ya viene siendo firma de la casa, cada una es única... 








Pongo un par de vistas de cada una para que os hagáis a la idea de cómo son.








Todas ellas van sobre una peana de piedra natural.




















Esta es la parejita amorosa, haciéndose arrumacos (qué bonita palabra).













Como siempre, espero que os gusten (incluso a todos los que aborrecéis a las palomas vivitas y coleando; bueno, igual esto es demasiado ambicioso).







Os espero en la próxima entrega de "cerámica con minúsculas"

lunes, 20 de octubre de 2014

Pues sí, parece que fue ayer cuando tímidamente comenzamos con este blog, y ¡hoy, 20 de octubre, celebramos nuestro V Aniversario!




En estos 5 años: hemos pasado de la afición a la profesión; hemos abierto un taller (para los despistados...estamos aquí); hemos probado un montón de técnicas cerámicas (unas con más éxito que otras); hemos hecho inventos de tebeo (pero que funcionan); y, por supuesto, hemos hecho muuuucha cerámica. Y lo hemos querido compartir con todos vosotros.








También hemos compartido experiencias con otros ceramistas, hemos conocido a mucha gente de este mundillo, y a gente que simplemente le gusta lo que hacemos.
Por supuesto, hemos aprendido mucho (y pensamos seguir haciéndolo) y, también, hemos creado muchísimo (y también pensamos seguir haciéndolo, je, je).



Esperamos haber sido amenos y claros en nuestras explicaciones y queremos agradeceros vuestro seguimiento y comentarios, que hacen de éste, un blog vivo, abierto y dinámico.

Nos gustaría pensar que con este blog ponemos nuestro granito de arena para contribuir a la difusión de este maravilloso mundo que es la cerámica...

...y, recordad, ¡la cerámica es adictiva!


sábado, 3 de mayo de 2014

Cerámica para el día a día







Las ideas surgen del día a día:
observas un "problema" o molestia y te planteas cómo solucionarlo.















Los inicios:
En este caso, la idea surgió como respuesta a la desagradable sensación de coger el cepillo de dientes y notar el mango húmedo.






El problema:
El problema está en que el agua escurre por el cepillo y se queda en el fondo del vaso... para qué contar más.










En nuestro caso, que somos 5 en casa, la cosa se agrava. Esto necesitaba una solución.



 



El planteamiento:
Como siempre, procuramos diseñar un producto útil pero con un cierto toque colorista, que alegre el ojo.










 
 

El desenlace:
Tras varios prototipos (con sus fallos, todo hay que decirlo), llegamos a este modelo.
En cuanto a la parte práctica, a saber:
Estos vasos para cepillos constan de dos partes: el vaso y la base. El vaso tiene unos apoyos para los cepillos y forma de ánfora, de manera que no apoyen los mangos en la parte inferior; abajo tiene un agujero para desalojar el agua.





La base, por su parte, tiene forma de trípode invertido, para que el apoyo del vaso sea más estable, puede inclinarse, pero no cae (prometo que está testado "a prueba de niños"). Al ser abierto permite la evaporación del agua que ha escurrido y al estar esmaltado se limpia con facilidad.





Están hechas de barro refractario blanco (cocidas a 1260ºC) y esmaltadas.



Y ya que estamos pidiendo (que sea útil, bonito, cómodo...) pues que hagan juego con las jaboneras, je, je.













¡Ah!, se me olvidaba comentar (aunque los más observadores ya se habrán dado cuenta) que hay dos tamaños: el de cepillos infantiles y el grande (para cepillos normales).






 En cuanto a la parte estética:
...por supuesto, les hay para todos los gustos: con animales, con personas, con motivos ornamentales, con flores...









Epílogo:
Son todas diferentes (odio repetirme; en cualquier trabajo, aunque haga la misma idea siempre meto variaciones, a no ser que sea un encargo y el cliente me pida expresamente que sean iguales. Mi espíritu lo necesita ;-) ¡Qué se le va a hacer, todos tenemos nuestros defectos!)




¡¡Espero que os gusten!!

domingo, 30 de marzo de 2014

¡RE-SIS-TEN-CIA!

No hace mucho, me enteré por el blog de Pastafangs que Eli tenía que cambiar sus resistencias y... tachán... va mi horno y me dice que él también quiere (tiende a ser un poco envidioso).



La verdad es que te da un nosequé que vamos... ¿Cómo serán las tripas de mi horno?¿seremos capaces de cambiarlas nosotros?












Aquí se ve el estado de las antiguas resistencias (gracias a las pista de Eli supe que estaban fallando: cocciones mucho más largas, cambios de color en los esmaltes...)





Bueno, pues después de adquirir las resistencias y desconectar la luz (very important question) le vimos "sus adentros". 

Desconectamos las resistencias viejas...


    


En mi horno las resistencias van metidas en unos tubos alojados en las paredes del horno y sujetas con unas grapas de khantal.


Sacamos con cuidado los tubos de su alojamiento (cada resistencia se compone de cuatro tubos)...


 ...y de las propias resistencias.

Aprovechamos a hacerle un pequeño "lifting" a las paredes y suelo del horno.
después

antes

Y, ahora, que está (casi) como nuevo, ¡a por las resistencias!


Metimos los tubos en la resistencia

y las colocamos en sus alojamientos, metiendo previamente los extremos del hilo de khantal por sus agujeros.

Después, volvimos a poner las grapas.
Y esto es lo que se veía por detrás... es el hilo de khantal sobresaliendo. Lo cortamos a la medida para poder volver a conectarlo.

Momento de la conexión...

Cerramos la tapa una vez que conectamos todo y comprobamos con el polímetro que todo estaba bien.

Enchufamos y... (redoble de tambor)



¡¡Funciona!!